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Covid-19: ¿Qué produce una respuesta inmunitaria la infección natural o la vacuna?

Reino y Estados Unidos iniciaron ya su programa de vacunación masiva contra el coronavirus con la vacuna de Pfizer/BioNTech.

La inmunización, producida en Bélgica, es un nuevo tipo de vacuna llamada ARN que utiliza un pequeño fragmento del código genético del virus para enseñarle al cuerpo a combatir la covid-19 y generar inmunidad.

El resto de las vacunas —incluidas la rusa Sputnik V, que comenzó a suministrarse de forma masiva en Moscú, la china Sinovac, la estadounidense Moderna o la británica Oxford-AstraZeneca— continúan en la carrera y la aprobación de algunas de ellas se espera de forma inminente.

En Reino Unido, los primeros en recibir la dosis inicial de las dos necesarias para alcanzar la inmunidad completa son las personas mayores de 80 años, los profesionales de la salud en primera línea, así como los trabajadores de las residencias de ancianos.

Y mientras que la mayoría de la población espera con ansias que le llegue su turno, hay quienes miran a la vacuna con recelo por las incógnitas que todavía no tienen respuesta.

Una de las preguntas que se repite (aunque no necesariamente entre quienes están en desacuerdo con la vacunación) es ¿qué genera una respuesta inmune más fuerte: la infección natural o la vacuna?

BBC Mundo conversó con tres expertos en el tema en busca de una respuesta.

Según el caso

En pocas palabras: aún no se sabe.

«Hay algunas enfermedades donde la vacuna protege más que la enfermedad y otros casos donde la enfermedad brinda más protección que la vacuna», le explica a BBC Mundo Carlos Rodrigo, vacunólogo y Director Clínico de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol, en Barcelona.

Rodrigo da como ejemplo enfermedades clásicas como el sarampión, la varicela o las paperas, donde la infección natural es la que otorga una inmunidad más prolongada, donde lo habitual es que una vez que la pasas no te vuelvas a enfermar.

En otro tipo de infecciones, como las provocadas por neumococos o meningococos (dos tipos de bacterias) en niños o por el virus del papiloma humano (VPH) —un grupo de virus que puede causar verrugas y varios tipos de cáncer— la situación es exactamente opuesta.

En el caso del VPH, por ejemplo, la vacuna genera una respuesta inmune más potente que la inmunidad natural, ya que esta última es particularmente débil.

Esto se debe a que, entre otra cosas, el virus emplea varias tácticas para evadir al sistema inmune, le explica a BBC Mundo Maitreyi Shivkumar, profesora de Biología Molecular en la Facultad de Farmacia de la Universidad De Montfort, en Reino Unido.

«Muchos virus, entre los que se incluye el VPH tienen proteínas que bloquean la repuesta inmune o simplemente mantienen un perfil bajo para no ser detectadas».

En cambio la vacuna, «contiene una concentración alta de una sola proteína —la que sobresale de la superficie del virus y la que detecta el sistema inmune— en su forma más pura».

Al suministrar una gran cantidad de esta proteína, la respuesta que se genera es mucho más fuerte, señala Shivkumar.

Y, además, la vacuna permite que, «de cierta forma, el sistema inmune no se distraiga con otros trozos del virus (como ocurriría en una infección natural)», añade la experta, aunque aclara que son pocos los casos donde la inmunidad generada por la vacuna es mayor a la que suscita la infección natural.

«Por lo general las vacunas son tan buenas como la infección (en este sentido), o brindan suficiente inmunidad y eso es lo que se quiere lograr».

FUENTE: BBC MUNDO

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