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Mercado, explorador que dibujó al país del siglo XIX para Memoria del Mundo

Hay que imaginar los primeros años del país, cuando su extenso territorio era aún un misterio lleno de promesas. Hay que imaginar a los pioneros que llegaron a la selva o hallaron pueblos desconocidos en el Altiplano. Hay que imaginar entonces a un hombre, Melchor María Mercado, viajando y dibujando. 179 años después, su  Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia  ha sido declarado “Memoria del Mundo” por la Unesco.

“El álbum es  una joya. Cada lámina abunda en descripciones y algunas cuestionan, con fino sarcasmo, la sociedad del siglo XIX marcada por desigualdades”, asegura  Gabriel Rivera. El director interino del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia es uno de los pocos que pudieron ver las 119 láminas originales de Mercado que se atesoran en el repositorio y que fueron postuladas precisamente por el ABNB.

El primero fue don Gunnar Mendoza (1914-1994), padre de la archivística de Bolivia, quien descubrió las crónicas gráficas de Melchor María y las salvó del olvido publicándolas en 1991. En el prólogo de aquella primera edición, Mendoza escribía:

“El Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia debe considerarse algo así como un reportaje gráfico sobre Bolivia del siglo XIX a través de los ojos y la percepción de Melchor María Mercado, personaje singular, excéntrico y multifacético como pintor, abogado, profesor, funcionario público, militar, político, viajero, explorador, fotógrafo, taxidermista, galvanoplasta… ¿qué no ha sido?”.

Nacido en Sucre el 6 de enero de 1816, Mercado fue testigo de la agonía de la Colonia y de los primeros años de la República. Estudió para abogado – no tenía opción en esos tiempos-. Fue profesor, juez y   político, por lo que fue   deportado largos años, hasta  que  en sus últimos años fue nombrado autoridad provinciana en el gobierno de Melgarejo.

Pero su verdadera vocación fue la de naturalista, explorador y  pintor autodidacta. Inspirado por la obra de Alcide D’orbigny, encabezó la expedición de 1859 que envió el gobierno de Linares desde Santa Cruz a la frontera con el Brasil  en busca de una salida al Atlántico . También realizó  varios viajes al Altiplano.   De esos registros se conservan 119 láminas de acuarela y tinta realizadas entre 1842 y 1868; un diario manuscrito de 12 folios y otros 10 de partituras musicales.

“Las láminas son un testimonio iconográfico único  de la vida, costumbres, fiestas, vestimentas de los distintos grupos humanos que  habitaban y habitan hoy el oriente y occidente de Bolivia. Es  una de las pocas fuentes iconográficas primarias del siglo XIX”, recalca Rivera.

Joyas bolivianas en la lista mundial

El Programa Memoria del Mundo, impulsado por la Unesco desde 1992, busca  la preservación y el acceso del patrimonio histórico documental de mayor relevancia para los países. El programa cuenta con comités nacionales, que tienen la misión de elegir más obras para su inclusión en la lista.

En 2019, el Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia  postuló ante la Unesco al Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia (1841- 1869), de Melchor María Mercado. La noche del jueves, el comité nacional  se reunió virtualmente y determinó incluir la obra en el registro  Memoria del Mundo.

El comité boliviano -presidido por Marilyn Sánchez y Daniel Oropeza-  también otorgó el reconocimiento a otros 10 documentos, entre ellos: Colección de documentos de la vida de Fray Vicente Bernedo, libros y capitanías del convento de San Francisco, libro copiador de cartas de Modesto Omiste  y partituras originales del huayño Potosino soy.

FUENTE: PÁGINA SIETE

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