Bolívar perdió la gran oportunidad de sumar su corona 30 en el fútbol profesional boliviano al caer ayer por 2-0 frente a Wilstermann, en Cochabamba. La derrota complica el panorama de los celestes, que ahora ya no dependen de sí mismos para conseguir el objetivo.
Un equipo que aspira a ser campeón debe tener jerarquía y fuerza mental para sobreponerse, algo que no tuvo ayer la Academia en todo el partido.
De entrada los celestes se encontraron con un autogol de Roberto Domínguez, a los seis minutos, pero la impaciencia, el nerviosismo y la falta de ideas fueron una constante en el equipo que dirige el español José González, que no pudo llegar al empate.
Un remate de Arce, otro de Machado y un mano a mano de Cárdenas fueron las mejores ocasiones que fueron desperdiciadas por los celestes.
Los rojos jugaron de una manera simple: le cerraron los espacios al rival y cuando tenían la pelota salían rápido en contragolpe.
En el complemento ingresaron en Bolívar Leonardo Vaca y Víctor Ábrego, pero fueron intrascendentes en la cancha.
A los rojos les bastó tener superioridad en varios sectores de la cancha para bloquear a los celestes y dejarlos sin ideas para poder igualar el marcador, que en esta etapa nunca corrió riesgo.
La ilusión celeste se esfumó a los 35 minutos con el segundo tanto de los rojos mediante un cabezazo del atacante Willan Álvarez.