Lo más probable es que si es la primera vez que accedemos a esta función, el ecualizador se encontrará inactivo. Es decir, la palanca o botón que encontraremos en la parte derecha de la etiqueta “Ecualizador” se encontrará desmarcada.
Para activarlo, debemos pulsar sobre la palanca o el botón, para que se muestre en color verde (en caso, por ejemplo, de que nos encontremos utilizando un iPhone).
Justo debajo de la opción Aplicar también a podcasts nos encontraremos con una serie de perfiles de ecualización ya diseñados por Spotify, lo que puede acelerar enormemente el proceso sin tocar nada más, simplemente escogiendo la opción que más nos interese, o la opción que más se adecue al tipo de música que estemos escuchando.
En estos momentos, podemos seleccionar entre acústico, bass booster, bass reducer, clásica, dance, efecto deep, electrónica, piano, hip-hop, jazz, latina, volumen potente, lounge, piano, pop, r&b, rock, altavoces pequeños, palabra hablada, treble booster, treble reducer y vocal booster.
En caso de que encontremos la opción que más nos interese, simplemente debemos activarla pulsando sobre ella. No obstante, es posible hacer distintas pruebas seleccionando las diferentes opciones, hasta encontrar el perfil que más nos agrade.
Si ninguno de los perfiles predefinidos te gusta (lo más probable), es perfectamente posible personalizar el ecualizador jugando con la gráfica que encontraremos al comienzo de este apartado.
Debes tener en cuenta que las frecuencias de la derecha son las que se corresponden con los rangos de la música más agudos, mientras que los graves los encontrarás justo en la parte izquierda.
Así que dependiendo de si te gusta la música con toques más agudos o graves, deberás jugar deslizando el dedo por todas las frecuencias, hasta encontrar la opción que más te guste.
Evidentemente, lo más aconsejable es personalizar el ecualizador siempre mientras escuchamos música, preferiblemente con unos auriculares, para intentar al menos notar los matices del audio según vamos haciendo cambios.
¿Lo mejor? Sin duda alguna, intentar hacer pruebas con nuestras canciones favoritas, para así personalizarlo al máximo. En mi caso, por ejemplo, me apasionan los matices más agudos, y una compensación ligera de graves, por lo que siempre tiendo a aumentar la parte de los agudos.
FUENTE: PORTAL Muy Interesante