Cualquier lugar es válido para hacer arte y Cristhian D. Ríos Hidalgo, de 23 años, lo tiene claro. Es por eso que ha hecho del asfalto cochabambino su lienzo, para dibujar con tiza y carbón obras de arte que congregan grupos de transeúntes curiosos por ver de cerca los dibujos del joven cochabambino.
Mientras Cristhian trabaja, muchos de los transeúntes comentan entre ellos que sus manos son mágicas, porque por segundos raya y traza rostros en la vía pública transformando el sector. Su pasión por el arte lo ha llevado a formarse como gestor cultural, de esa manera fundó el Centro de Artes, Talentos y Culturas Ruway, con fines comunitarios.
En cuanto a su estilo, se inclina por el dibujo y la pintura de retratos murales, figura humana y bodegones.
Cristhian cuenta que pinta y dibuja desde sus 15 años, pero con el arte de las tizas en el piso comenzó hace tres años. “Esta técnica la aprendí viendo pintar en nuestras calles céntricas a un artista ecuatoriano”, indica, confesando que una de las dificultades al realizar este trabajo es la postura, pues el dolor de rodillas, espalda y cuello se manifiesta al poco tiempo de comenzar.
Además de esta desventaja, cuenta que también se topó con malas reacciones por parte de los transeúntes, “un poco inusuales”, que prefiere no detallar y quedarse con las mejores experiencias como esta anécdota: “Un señor se acercó obsequiándome 50 bolivianos y me dijo: ‘Después de mi madre, ésta (refiriéndose a su obra) es la segunda maravilla que veo’, derramado lágrimas, me dio un abrazo y se marchó”, narra Cristhian con la misma emoción.
“La colaboración es un gesto de cariño y aprecio por el trabajo realizado. La gente apoya con monedas desde 20 centavos hasta 50 bolivianos, a veces muchos me traen comida y refrescos. Las mismas caseritas del mercado me invitan sus productos porque les fascina lo que hago”, manifiesta.
“Lo mejor que me pasa cuando pinto es el aprecio de las personas, sobre todo de los niños. Conocer y compartir mi talento a más de mil personas que transitan por la calle, lo mejor es dejar una obra de arte en la calle sin ego alguno”, añade, aunque dure poco.
Para Cristhian, no existe otro lugar donde se pueda realizar una gran obra de arte, que sea visto por muchas personas, que no sea el suelo. “Mucha gente ha perdido el gusto de ir a galerías y éstas incluso han estado cerradas por la pandemia. Entonces, las calles son los únicos medios para compartir mi talento al aire libre y así poder generar clientes y ganarme la vida a partir de ello”.
Al ser el piso de lugares públicos su lienzo, comparte sus obras a través de fotografías desde su página en Facebook “Del Suelo al Cielo Art Cbba”. También realiza trabajos a pedido.
A los lectores, Cristihian les dice “que sean atentos a la vida, que observen con atención cada detalle. Cada uno nace con un talento imprescindible, sólo es cuestión de descubrirlo con amor, paciencia y perseverancia. Si miras a tu alrededor y eres consciente de la vida, sabrás que es muy corta para estar perdiendo el tiempo”.
Mientras que a las autoridades les pide apoyar el talento que tienen los cochabambinos, además de brindar espacios culturales.
FUENTE: LOS TIEMPOS