Este año, el sitio arqueológico de Tiwanaku reportó pérdidas por Bs 4 millones debido a la escasa visita de turistas extranjeros por la pandemia del COVID-19. El turismo es la única fuente de ingresos económicos que el centro patrimonial tiene actualmente.
El director del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (CIAAAT), Gonzalo Choque, informó a La Razón que normalmente, el centro recibe 200.000 turistas al año y que en 2021 fueron 70.000 a 80.000, aunque el 90% de ellos son visitantes nacionales.
Por ello, la administración del sitio tuvo que suspender algunos proyectos. Mientras tanto acude a convenios con instituciones nacionales e internacionales para el desarrollo de trabajos de investigación y conservación.
De acuerdo con Choque, en 2019 las pérdidas fueron de Bs 1,5 millones, como resultado de los conflictos sociales en el país. Mientras que, en 2020, con el cierre de fronteras por la pandemia del COVID-19, el perjuicio económico bordeó los Bs 4,5 millones.
“El año pasado, la caída en los ingresos afectaron de bastante manera al tema de trabajos en investigación y conservación. Este año, se apuntaba a una reducción en el déficit, pero la situación no ha cambiado mucho. Seguimos con una afectación de unos Bs 4 millones”, detalló el responsable.
Respecto al registro de visitas tras la vacunación en el país, “estábamos en ascenso con un crecimiento no muy considerable pero sí aceptable. No obstante, el tema de la cuarta ola y la nueva variante han vuelto a conflictuar la situación, por lo que el turismo es una incertidumbre otra vez”, dijo Choque, quien asumió el cargo el 13 de enero de este año.
El flujo turístico anual promedio en Tiwanaku alcanza a los 200.000 turistas —algunas veces llegó a 250.000 y 280.000—, pero este año el reporte indica que entre 70.000 y 80.000 visitantes tuvo el sitio. “Hasta fin de año podría llegar a casi 100.000, pero corresponde, en un 90 a 95 por ciento, a turismo nacional”, agregó respecto a la gran diferencia de ingresos económicos que hay en relación a los visitantes del exterior.
Hay proyectos de investigación y conservación pendientes que debían ejecutarse con los recursos provenientes de la recaudación. “Venimos trabajando con el Ministerio de Culturas para poder reactivar el centro. No hay turismo, pero podemos hacer otras actividades en el sitio.
También hacemos gestión con universidades de Argentina e Irán para especializaciones en temas de conservación y museología”.
Recientemente, el CIAAAT firmó un convenio de cooperación con la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para el apoyo en temas de investigación patrimonial, turismo y promoción.
Con una institución argentina, uno de los objetivos es que el sitio pueda recibir capacitación en conservación o museología, que son carreras que no existen en Bolivia. El propósito es que, a futuro, el centro pueda ser sostenible no sólo por el área patrimonial, sino también a través de un componente de educación.
FUENTE: LA RAZÓN