Es, para muchos, la noticia del mes y casi la del año. Dostarlimab ha conseguido que en los 18 pacientes con cáncer de recto (colonorrectal) que se sometieron al estudio, la enfermedad desapareciera y fuera indetectable mediante examen físico, endoscopía, escaneos PET y resonancias magnéticas.
Los pacientes padecían cáncer de recto localmente avanzado, y durante seis meses se sometieron a un tratamiento con el fármaco que se les administró cada tres semanas y costó unos 11 mil dólares por dosis. Tal y como apunta el New York Times, los pacientes que participaron en el ensayo lo hicieron como alternativa a otros tratamientos más invasivos como la radioterapia o la quimioterapia, pensando que después tendrían que someterse a ellos igualmente. Pero no fue necesario.
“Hubo muchas lágrimas de felicidad”, señaló a The New York Times Andrea Cercek, oncóloga asimismo del MSK y coautora del trabajo publicado el pasado domingo en la revista científica New England Journal of Medicine y liderado por un equipo del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering (Nueva York). “Creo que es la primera vez que esto ocurre en la historia del cáncer”, dijo el doctor Luis A. Diaz Jr., otro de los autores del estudio. Una remisión absoluta en todos los pacientes es algo “inaudito”, dijo.
Dostarlimab
Dostarlimab funciona exponiendo las células cancerosas, lo que permite que el sistema inmunitario pueda identificarlas y destruirlas.
Otra sorpresa tras el estudio fue que ninguno de los pacientes tuvo complicaciones clínicas significativas. En promedio, uno de cada cinco pacientes sufre alguna reacción adversa al tomar inhibidores de puntos de control inmunitario como dostarlimab. Aunque la mayoría de las reacciones son controlables, entre el tres y el cinco por ciento de los pacientes que toman inhibidores de puntos de control presentan complicaciones más graves que, en algunos casos, resultan en debilidad muscular y dificultad para tragar y masticar.
Faltan más ensayos y seguimientos; sin embargo, esto no significa que los pacientes estén totalmente recuperados o que el cáncer no pueda regresar. Hanna K. Sanoff, oncóloga de la Universidad de Carolina del Norte y que no participó en el estudio, celebró el resultado, pero llama a la mesura: el fármaco no puede ser visto simplemente como un sustituto para controlar al cáncer a largo plazo y se deben hacer más estudios para verificar su eficacia segura.
“Se sabe muy poco sobre la duración de tiempo necesario para averiguar si una respuesta clínica completa al dostarlimab equivale a una cura. Tampoco se sabe si los resultados de este pequeño estudio serán generalizables a una población más amplia de pacientes con cáncer rectal”, dijo Sanoff.
Los científicos deberán continuar haciendo más ensayos para corroborar la efectividad del dostarlimab. De todos modos, el tratamiento con este fármaco podría traer un futuro prometedor para quienes sufren de cáncer rectal, pero también para quienes tienen cáncer de estómago, próstata o páncreas.
FUENTE: AGENCIAS