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Hoy, 10 de noviembre, Potosí celebra 212 años de su gesta libertaria de 1810

Efeméride de Potosí

Hoy, 10 de noviembre, Potosí celebra los 212 años de la gesta libertaria de 1810, en que sus habitantes decidieron buscar la libertad e independencia de lo que fue la Real Audiencia de Charcas.

De acuerdo con el historiador José Fuentes López, la revolución del 10 de noviembre de 1810 fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas.

Dicho proceso puso fin al dominio español, que generaba malestar entre algunos segmentos de la población potosina.

El sábado 10 de noviembre, según el historiador Édgar Valda Martínez, una multitud se reunió en la plaza principal y depuso al gobernador intendente don Francisco de Paula Sanz y nombró nuevas autoridades.

En ese movimiento independentista “habían participado personas de distintas clases, tales como criollos, mestizos, indígenas, negros y otros, y ese movimiento tuvo sus repercusiones favorables en el departamento potosino”.

Agregó que por eso no es raro que en los Lípez, Coroma, Puna, Chichas, Chayanta, Mataca y otras comunidades, la participación indígena fuera determinante.

Fue importante en muchos aspectos ya que cortaban la comunicación del ejército realista de Norte a Sur, La Paz con los Chichas o Tarija con Chuquisaca.

Gesta

Este movimiento potosino, según López, tiene como marco la ilustración y los triunfos de Cotagaita y Suipacha, lo que permitió a los potosinos levantarse, tomar la plaza e ingresar al cabildo, apresando al gobernador Sanz.

“El pueblo armado con espadas y macanas superó a las fuerzas realistas que cubrían las cuatro esquinas de la plaza mayor e ingresó en el edificio de la Gobernación”.

“Se contentaron con poner al gobernador preso en su casa bajo guardia y a los tres días, después de un intento de fuga, lo trasladaron a la Casa de la Moneda”, dijo López.

Agregó que al quedar constituido el nuevo Cabildo fue designado para presidirlo Melchor Daza.

Ese personaje desempeñó un papel preponderante en las batallas emancipadoras hasta formar parte de la Asamblea Constituyente que declaró la independencia de Bolivia.

Entre los principales actores de la revolución de Potosí se puede destacar a Salvador Matos, Pedro A. Ascárate, Eustaquio Eguívar, Alejo Nogales y Mariano Nogales.

Además de Joaquín de la Quintana, los hermanos Millares, Manuel Molina, Melchor Daza, Diego Barrenechea, Pedro Costas y Manuel Ulloa.

Para Valda, otro dato importante es el de 1811, cuando se produjo en agosto la contrarrevolución realista, que apoyada por esa multitud de gente saqueó las casas de los revolucionarios Manuel Millares y Salvador de Matos.

En el proceso, evidenciaron que dentro de los bienes de Millares se había encontrado un sello con la inscripción “Viva la Patria, Viva la Libertad y la Independencia”, tal cual anota un estudioso sobre estos hechos.

Bases

Por nuestra parte, dijo Valda, encontramos manuscritos en los que se registra como uno de los bienes de Matos, un sello con la leyenda “Libertad, Unión e Independencia”, algo así como las bases ideológicas que este francés tenía desde que había llegado a tierras potosinas.

Todas estas manifestaciones son parte esencial de que todos los participantes que buscaron la libertad e independencia para la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia.

La riqueza arquitectónica de los balcones de la colonia.

Tradición del buen comer se remonta a la época colonial

La tradición del buen comer potosino se remonta a la época colonial.

Según el historiador Édgar Valda, los gustos españoles se mezclaron con los sabores americanos, como ocurrió en otras ciudades.

Las comidas, se caracterizan por tener como ingredientes base el maíz, la papa, el chuño, la quinua y la carne de camélidos.

Se destaca esa oferta gastronómica en una ciudad a 4.060 metros sobre el nivel del mar donde el frío cala hondo.

Entre los más apetecidos están la k’alapurka y el ají de achacana, pero también se encuentran exquisitos picantes de gallina, conejo y los confites potosinos.

Los gustos y sabores se acomodaron a los estilos culturales que provenían de otros países del viejo continente.

Según el chef Francisco Aguirre Guerra, uno de los platos que se impuso es el ají de achacana.

Es plato viene de una raíz de cactus silvestre que se encuentra en zonas aledañas a la ciudad capital y que se muele bien antes de freírla.

La sopa de piedra o k’alapurka es otra de las delicias que no puede dejar de consumirse. Su principal característica es que dentro de la sopa se introducen piedras volcánicas negras calentadas al carbón.

Pero también mantienen un calendario gastronómico que relaciona los meses con algunos platos. En enero es típico el lechón al horno y en febrero, la parrillada y el puchero.

Marzo es el mes del picante de pollo, y abril, del ají de sardinas y el locro. En mayo, el fricasé, el mondongo y el ají de carne. En junio, la lagua de choclo y el saice.

Es tradicional que el ají de vizcacha se cocine en julio y la k’alapurka, en agosto. En septiembre es el turno del ch’acchu (preparado con carne de cerdo) y en octubre, del ají de habas.

Una vista general de la ciudad de Potosí y el imponente Cerro Rico en un periodo de caída de nieve. Foto. La Razón Archivo

El turismo potosino, industria que busca abrirse un espacio

La ciudad de Potosí, pese al avance de la modernidad y a los nuevos tiempos, mantiene vivas varias tradiciones e instituciones que forjaron su identidad y que hoy le dan brillo.

Esto ha dejado entrever una vez más la riqueza histórica y el potencial turístico que posee esta tierra.

Todo eso recupera el atractivo que tuvo en la época de la Colonia y los primeros años de la República.

Eso gracias a la gran riqueza que se explotó del Cerro Rico, el yacimiento de plata más importante en el mundo.

Sin competir con el coloso, pero con su identidad propia, paseos como el Boulevard, la riqueza arquitectónica de sus iglesias y edificios coloniales, las lagunas del Khari Khari.

Además, los ingenios mineros y la Casa Nacional de la Moneda, una de las construcciones más importantes de la arquitectura civil colonial en Sudamérica.

Todas son las manifestaciones culturales y características propias de esta región que quedan profundamente satisfechos por conocer este sitio de trascendencia mundial.

Si bien los circuitos turísticos comienzan en la ciudad capital, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, otros atractivos a los que se da importancia en el desarrollo para el turismo.

Así, parte de la oferta turística incluye a las lagunas de colores y desiertos blancos en el sudoeste de la región, ubicados en el salar de Uyuni.

Finalmente, la Reserva Nacional de Fauna Andina “Eduardo Abaroa”.

En Toro Toro destacan las huellas de dinosaurios y en Tupiza y Atocha, las aventuras de los norteamericanos Butch Cassidy y Sundance Kid.

FUENTE: LA RAZÓN

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