En plaza murillo, datan las 21 horas en punto y las campanas resuenan en todo el kilómetro cero, mientras en redes sociales, como pólvora se regaba la noticia funesta de la muerte de Felipe Quispe “El Mallku”, líder político y social, reconocido a nivel nacional e internacional por ser uno de los principales autores de la recuperación de la democracia y la igualdad social en todo el territorio nacional.
Su lucha por la dignidad de los pueblos, nació hace muchos años atrás, puedo calcular mentalmente unos 20 años, mientras reviso videos de archivo y notas de prensa, es evidente e innegable el compromiso que ha sostenido hasta el último día de su vida con los hermanos y hermanas indígenas de nuestro país, el legado que deja en los corazones de nosotros los jóvenes revolucionarios, será la motivación perfecta para continuar con sus ideales y principios en contra del neoliberalismo latente en Bolivia y el mundo.
Personalmente lo recordaré por su gran historia y protagonismo durante los hechos de los años 2000, 2002, 2004 y finalmente 2019-2020, año de la dictadura de Jeanine Añez y Golpe de Estado gestado por la clase alta de Bolivia y políticos de derecha radicales, año donde “El Mallku”, sorprendió a propios y extraños volviendo al activismo político, haciendo frente a ministros de gobierno de facto como Arturo Murillo y Fernando López principales artífices y responsables de la muerte de las masacres desarrolladas en Senkata, El Pedregal y Sacaba.
Mi mayor homenaje al Mallku mayor, quien en vida demostró hasta el último momento no ser un “pongo” de la política y permanecer a lado del más pobre, más necesitado y el más vulnerable, deseo de todo corazón que todos los “Evolovers”, “Androlovers”, “Eva Copalovers”, “Franklinlovers”, “AdrianaLovers” y demás, entiendan de una vez que la lucha es contra la izquierda neoliberalista y no entre los que nos dedicamos todos los días del año pasado, en recuperar la democracia.
Columnista: Rory Moisés Calderón Ayaviri
Comunicador Social y activista político.