El libro Kirki Qhañi (Petaca de las poéticas andinas)es un trabajo de investigación de casi veinte años que reconstruye la poesía ancestral. Su autora, Elvira Espejo, escoge la tradición oral de cantos, poemas y rituales antepasados para que el lector se cuestione sobre el origen de la literatura de los pueblos.
La artista plástica, tejedora y narradora de la tradición oral Elvira Espejo comparte en Kirki Qhañi las historias y cantos referentes al ciclo de la tierra y al calendario ceremonial para conservar la memoria de las tradiciones aymaras.
El libro será presentado este miércoles 16 de febrero a las 11.00 en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Pública de El Alto (UPEA).
CACACHACA, hogar del aymara más antiguo
Espejo es originaria de la comunidad de Cacachaca, Oruro. Recuerda a su antiguo hogar como un pueblito hermoso que cobija a enormes rebaños en la parte alta. Ese ambiente rodeado por llamas y alpacas que reunía a más de 500 cabezas de rebaño, en ese entonces, le mostró historias desconocidas y le llenó el alma de inquietud para investigar más sobre los vestigios de esa cultura.

En esos lares el ciclo de pastoreo era comunitario y mancomunado; además se cultivaba papa, arveja, cebada, maíz, entre otros alimentos.
Cacachacha fue una de las comunidades donde no se instaló la Colonia. La ubicación geográfica del lugar ayudó para que los españoles no ingresen a los dominios indígenas. “Por eso la cultura es más fuerte”, resaltó Espejo.
La también directora del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) contó que, cuando el lingüista boliviano, especialista en lengua aymara, Juan de Dios Yapita visitó el lugar llegó a la conclusión de que la región tiene el aymara más antiguo del país.
La autora del texto indicó que el libro es como un contenedor en el que se depositan varios poemas. “Éstos son versos reconstruidos en un trabajo de largo plazo que comenzó en 2003”, agregó.
Cantos que reflexionan
La artista plástica y tejedora sostuvo que el libro le llevó alrededor de 20 años de autorreflexión para la reconstrucción de la narrativa aymara.
“Mi trabajo implica cuestionarse, para no caer en narrativas que sólo llevan a un único puente de información. Es una conversación reflexiva con las propias tejedoras sobre cómo estas poéticas y estructuras lingüísticas te ayudan a entender estas dinámicas”, añadió.
Espejo señaló que el libro servirá para conocer las poéticas ancestrales y también para autocuestionarse sobre quiénes somos y cuáles son nuestras raíces.
“La universidad, la escuela nos instruyen con otras herramientas que no concuerdan con la región de donde venimos y menos con la ciencia que desarrolla nuestra comunidad”, agregó Espejo.
FUENTE: AHORA EL PUEBLO