Y es que, más allá de la estética, lucir unas uñas bien cuidadas es sinónimo de salud, sobre todo en verano, cuando los elementos pueden jugar a nuestro favor. Si tienes las uñas quebradizas y no quieres esconderlas durante las vacaciones tenemos la guía definitiva para evitar que te pase y si es así, para aprender cómo recuperar su apariencia.
La alimentación, clave
Para lograrlo no basta solo con acudir regularmente a un centro de estética o invertir en cosméticos que las cuiden. Aunque estas buenas prácticas contribuyan en gran medida a mejorar su apariencia, la base de unas uñas fuertes y sanas está, en gran parte, en una correcta alimentación.
Existen nutrientes que ayudan a fortalecer algunas partes de nuestro organismo, en concreto si hablamos de queratina -componente que forma tanto el pelo como las uñas-, por lo que una dieta que incluya vitaminas A y B es el mejor pilar para que las uñas crezcan adecuadamente. Además de la alimentación también hay prácticas abusivas que estropean nuestras uñas, desde el abuso de los esmaltes hasta un exceso de higiene.
Las uñas blandas, la descamación o las estrías son más habituales de lo que creemos y, a menudo, están causadas por malos hábitos, aunque el componente genético también tiene un gran peso, así como la edad. Además, gracias a la forma, color o estado de las uñas se puede percibir algunos problemas de salud más allá de la falta de calcio.
¿Por qué se rompen?
Aunque existen diferentes patologías que pueden afectar a la salud y apariencia de las uñas, la fragilidad es la causante de su rotura y puede desencadenarse por una alteración hematológica o por una subanemia. Otra causa habitual es el abuso de manicuras muy agresivas que alteren la correcta formación de la lámina ungueal. Si analíticamente se hallan alteraciones, deberán corregirse.
Tener las uñas excesivamente blandas también puede contribuir a que estas se rompan con mayor facilidad. En la AEDV encontramos que este tipo de problemas puede estar relacionado con enfermedades crónicas o reumáticas. Otra posible causa es dejar las aguas sumergidas en agua durante mucho tiempo o en repetidas ocasiones.
Más allá de la fragilidad como consecuencia de un problema hematológico, las uñas también pueden quebrarse capa a capa, descamándose. Este tipo de rotura, que recibe el nombre técnico de onicosquisis lamelar, está relacionado con la edad y suele aparecer superados los 50 años. Otra posible causa de esta descamación de la uña es el exceso de lavados. Los jabones que utilizamos, la temperatura del agua o la constante repetición de los lavados contribuyen a debilitar la uña y cuartearla
Por ejemplo, las habituales líneas de Beau que suelen estar en la zona próxima a la cutícula se deben precisamente a una retirada de la cutícula poco profesional. Estas líneas son esas hendiduras a modo de hondonadas que hacen que la uña no se vea uniforme. Se puede apreciar al pasar la yema de los dedos por encima de la uña o al pintarlas. Retirar o quitarse las cutículas -manicura rusa- si no se realiza de la forma adecuada y se hace ejerciendo demasiada presión, termina por alterar el proceso de crecimiento de la uña.
Otras posibles causas de estas líneas son la fiebre o procesos patológicos graves. También es habitual encontrarse este tipo de depresiones, en este caso a lo largo y no a lo ancho de la uña. Son las llamadas estrías. Estas líneas verticales suelen tener un importante componente genético y aparecen con el paso de los años.
Y ¿quién no ha tenido nunca una pequeña mancha blanca en la uña? Hay todo tipo de leyedas urbanas sobre su origen: las madres decían que salían cuando mentías y la rumorología las identificaba con la falta de calcio, pero en realidad se trata de pequeños golpes cotidianos que nos damos en la parte más cercana a la cutícula. Un simple tamborileo con el bolígrafo puede causarlas y no tienen ningún tipo de consecuencia en la uña. Si su tamaño es más grande, la AEDV señala que pueden indicar cirrosis o insuficiencia renal.
Otro tipo de traumatismos, más graves, pueden hacer que en la uña aparezca una marca morada y, dependiendo de la gravedad del impacto, puede caer y renovarse. Un impacto repetido a lo largo del tiempo, como por ejemplo el choque de la zapatilla con las uñas de los pies durante varias jornadas de senderismo, puede ennegrecer la uña y desencadenar su caída.
El color del esmalte puede penetrar en la uña y mancharla, de ahí la importancia del uso de una base. Otro daño colateral es la pérdida del brillo y de la suavidad. El color amarillo también puede aparecer como consecuencia de la psoriasis o debido al tabaco, concretamente al alquitrán presente en los cigarillos.
Evitar la rotura
Más que buscar cosméticos o prácticas antirrotura, había que centrarse en fortalecer la uña para evitar males futuros. Los expertos de la AEDV recomiendan utilizar tratamientos hidratantes como cremas de manos ya que suavizan la cutícula, lo que mejora el nacimiento de la uña. Sin embargo, los efectos tardan en ser visibles debido al lento crecimiento de la uña, concretamente de 1 a 2 milímetros al mes. Aunque existen multitud de esmaltes fortalecedores, sus beneficios suelen ser más superficiales.
En caso de tener uñas quebradizas y ante la tentación de unas de gel o de porcelana -tratamientos que agudizarán el problema-, recurrir a las uñas postizas puede ser una solución, aunque lo más recomendable es dejar la uña al natural.
También evitar exponer las uñas a altas temperaturas, evitar mantener las manos sumergidas en agua durante un prolongado espacio de tiempo o espaciar las manicuras, llegando incluso a realizar descansos en el caso de manicuras semipermanentes es muy recomendable.
Alimentos que no pueden faltar en tu vida
La alimentación es parte de la clave de la salud de las uñas. Además, al incluir en nuestra dieta ingredientes que aumenten la producción de queratina, no solo estaremos reforzando las uñas, también se fortalecerá el cabello ya que ambos están compuestos de ella.
Las vitaminas preferidas por la queratina son la A y la B. La primera la encontrarás en todos aquellos alimentos que aporten betacarotenos como zanahorias, fresas, tomates, calabazas, pimientos, etc. Para incrementar la vitamina B se recomienda ingerir carne, pescado, ave, levadura de cerveza o germen de trigo. También se puede aportar mediante complejos vitamínicos si existe una carencia considerable. En este caso, es mejor consultar con el especialista.
Los minerales también son muy beneficiosos para el normal crecimiento de las uñas, así que incluir legumbres, frutos secos, patatas, espinacas o berenjenas es todo un acierto.
FUENTE: VANITATIS